El pasado 22 de abril, el Consejo Soberano y Ministerial del Gobierno de Sudán introdujo una enmienda en su código penal que castiga con hasta tres años de cárcel la mutilación genital femenina. Los activistas por los derechos de las mujeres celebran lo que califican como un paso histórico, aunque reconocen que el marco legal no será suficiente para detener una práctica extendida durante décadas por todo el país.

Según datos de Naciones Unidas, 9 de 10 mujeres y niñas sudanís, especialmente las de credo musulmán, han sufrido la extirpación parcial o total de los genitales. “Esta práctica no es solo una violación de los derechos de todas las niñas y mujeres, es perjudicial y tiene graves consecuencias”, asegura Abdullah Fadil, representante de UNICEF.

En Sudán, el 75% de las ablaciones son realizadas por personal sanitario en recintos médicos. Tras la extirpación, se cose la mayor parte de la abertura vaginal con un proceso conocido como infibulación, que suele provocar lesiones en la uretra, quistes, incapacidad para alcanzar el orgasmo y complicaciones futuras en el parto. Con la nueva legislación, las activistas de la sociedad civil temen que las intervenciones se realicen en la clandestinidad, donde el riesgo para las niñas y las mujeres sería todavía mayor. “Tener una ley contra la mutilación genital femenina actúa como un elemento disuasorio importante, sin embargo, Sudán se enfrentará a grandes desafíos para hacer cumplir la legislación. Las comunidades pueden buscar formas de evitar la detección, a la vez que aquellos funcionarios que creen en esta práctica pueden obviar la ley”, advierte Faiza Mohamed, directora regional de África para el programa Igualdad Ahora.

Aunque considerada por el derecho internacional como una “severa violación de los derechos humanos”, la mutilación genital femenina todavía está vigente en una treintena de países africanos y algunas zonas de Asia y Oriente Medio. Cada año, 3 millones de niñas y mujeres son sometidas a un procedimiento aberrante que provoca consecuencias físicas y psicológicas de por vida.