En las residencias las dosis están especialmente calculadas, no sobra ninguna porque el equipo de vacunación sabe previamente cuantas dosis tendrán que administrar. Los residentes deben aportar una autorización de sus familiares y por lo tanto la preparación previa es más exacta que, por ejemplo, en los hospitales.
El departamento de Salut no se explica por qué las tres trabajadoras actuaron así a sabiendas de que las dosis están muy contadas. Efectivamente, su acción hizo que cinco residentes no pudieran ser vacunados por la falta de un vial. Según fuentes de Salut, vacunaron a los familiares fuera del centro pero la residencia alertó de la irregularidad al detectar que cinco residentes no habían recibido la vacuna.
Ahora estos cinco familiares recibirán la segunda dosis de la vacuna de aquí 21 días, a pesar de que no son personas que entren en el calendario de vacunación actual, reservado a residentes y trabajadores sanitarios. “No vamos a tirar cinco dosis a la basura”, ha dicho el secretario de salud pública de Cataluña Josep Maria Argimon.