Si se aprueba el nuevo proyecto de ley, los ciudadanos podrán volver a retirar hasta el 10% de sus fondos previsionales. El Gobierno, que no avala la iniciativa, aboga por un cambio estructural en el sistema de pensiones.
Los legisladores opositores de centro e izquierda defienden en bloque la iniciativa, argumentando que la negativa gubernamental a dar luz verde a una renta básica universal dificulta todavía más la ya precaria situación económica de millones de familias.
Al Parlamento chileno llegaron hasta cinco proyectos de ley para que a los ciudadanos se les permitiera retirar otro diez por ciento de sus ahorros previsionales, que finalmente fueron fusionados.
Este martes, el proyecto fue discutido en la Comisión de Constitución que lo dejó listo para enviar a la Cámara de Diputados para su posterior votación definitiva en el Senado.
Tercer retiro en menos de un año
Cuando una iniciativa similar llegó por primera vez al seno legislativo, el Gobierno de Sebastián Piñera mostró rápidamente su desacuerdo.
En julio de 2020, el mandatario sancionó la ley a regañadientes, en medio de la presión por una incipiente crisis que ya comenzaba a golpear con fuerza. En ese momento, se benefició el 95% de los 11 millones de afiliados.
En diciembre se avaló otro retiro, esta vez con la bendición oficialista, del que disfrutaron 7,6 millones de ciudadanos. El nuevo retiro no cuenta con el visto bueno del Ejecutivo, que ya piensa en recurrirlo ante el Tribunal Constitucional, de ser aprobado.

Piñera aboga por una reforma estructural al muy criticado sistema de pensiones, en lugar de seguir aprobando retiros parciales. La Superintendencia de Pensiones de Chile calcula que 4,9 millones de afiliados se quedarían sin fondos en caso de concretarse el nuevo proyecto.