En el marco de las protestas antigubernamentales, la violencia alcanzó un punto álgido este domingo en Cali, cuando personas vestidas de civil les dispararon a los indígenas que estaban regresando a sus resguardos. Ellos aseguran que fueron atacados por personas presuntamente respaldadas por la Policía, aunque las autoridades acusan a miembros de la Minga de disparar en zonas residenciales y de irrumpir en algunas casas. 

Disparos, bloqueos y enfrentamientos escalaron la violencia este domingo en Cali, la tercera ciudad de Colombia, mientras las partes involucradas se acusan mutuamente.

En horas de la tarde, y según un comunicado del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), miembros de la minga indígena fueron atacados por civiles que les dispararon con armas de fuego. La organización reportó nueve integrantes de su comunidad heridos. La Alcaldía de la ciudad informó que los lesionados son ocho indígenas y un residente del barrio Ciudad Jardín, donde ocurrieron los hechos.

Feliciano Valencia, senador e indígena Nasa, le dijo a France 24 que una dirigente juvenil del CRIC se encuentra en estado crítico tras el ataque.

Entidades internacionales como la oficina de la ONU para los Derechos Humanos en Colombia rechazaron los ataques y piden que se investiguen los hechos hasta dar con los responsables.

Así escaló la situación en el barrio Ciudad Jardín, en Cali

Desde días anteriores, ya habían circulado videos en las redes sociales que mostraban cómo en Ciudad Jardín, uno de los barrios más acomodados de la ciudad, rondaban camionetas con las matrículas tapadas y otras personas asegurando que estaban cansadas de los bloqueos de las vías, que han ocasionado desabastecimientos de combustible y de alimentos.

En respuesta, algunos de los residentes del barrio bloquearon hoy ciertas vías con sus carros y camionetas para impedir el paso de la minga indígena, como se ve en videos de testigos difundidos por redes sociales.

Valencia explicó que los indígenas no son responsables del cierre de carreteras y que ellos solo estaban regresando a sus resguardos, en el departamento del Cauca.

“Lo que sucede en Cali no es auspiciado por la minga. La minga está en Cali; mientras que las vías que conducen a Buenaventura, Popayán, Bogotá están bloqueadas es por los camioneros, que también se vincularon al paro nacional. No es la minga. La minga apoya los puntos de resistencia que hay dentro de la ciudad de Cali y en Cali el transporte está normal”, señaló.

La situación escaló en la tarde del domingo 9 de mayo. “Algunos ciudadanos del sur de Cali que se manifestaban en contra del paro Nacional y la minga indígena, que pretendían quitar uno de los puntos de resisten, retienen un vehículo donde se movilizaban autoridades y mingueros; los agreden y ante la llegada de más comunidad a protegerlos, estos disparan con armas de fuego”, aseguró el CRIC en un comunicado. Además, le exigió a las autoridades garantías de seguridad para ejercer su protesta.

En entrevista con France24, Valencia declaró que “cuando la chiva o bus escalera iba de Cali a Cauca, ya volviendo, fue agredida por personas de civil apoyados por la Policía Nacional. Contrario a lo que dice la Policía, fueron los civiles vestidos con camisetas blancas quienes dispararon contra la población”, dijo.

Valencia precisó que personas a bordo del bus escalera se bajaron y trataron de confrontar a quienes disparaban. “Por eso hubo heridos”, señaló en France 24.

Las denuncias de residentes contra la minga indígena

Entretanto, habitantes del sector La María, un sector de alto nivel socioeconómico en el sur de Cali, difundieron videos que France 24 no pudo verificar de manera independiente en los que muestran a presuntos miembros de la minga a bordo de una camioneta golpeando la entrada de un condominio o conjunto residencial hasta que logran irrumpir en el lugar, agredir al vigilante y posteriormente destruir los vehículos de los habitantes.

En un comunicado, la Policía -que ha mantenido un discurso de condena a las protestas- sostuvo que indígenas dispararon al interior de conjuntos residenciales. La minga desmiente ese pronunciamiento. Históricamente, los indígenas del Cauca rechazan la violencia armada, al punto que sus propios guardias solo llevan un bastón de mando y nunca armas de fuego.

Duque confirma que no irá a Cali y le pide a los indígenas que regresen a sus territorios

Uno de los llamados reiterados de la minga indígena es que el presidente se siente a hablar con ellos, como lo dijo Valencia. Por su parte, tanto la gobernadora del departamento del Valle del Cauca como el alcalde de Cali le pidieron al presidente que viajara a la ciudad ante lo que está ocurriendo.

Pero el mandatario confirmó este domingo que no se trasladará a Cali, según sus palabras, para evitar que su presencia “distraiga el trabajo de la fuerza pública”.

Asimismo, el presidente pidió a los indígenas regresar a sus territorios “para evitar confrontaciones innecesarias”, y ordenó levantar los bloqueos.

Aunque Duque envió al ministro del Interior, Daniel Palacios, y al ministro de Defensa Diego Molano para reunirse con los manifestantes; Valencia aseguró que los funcionarios no solucionan la situación y que por ende quieren un encuentro directo con el jefe de Estado.

Ciro Ramírez, senador del partido de gobierno Centro Democrático, le aseguró a France 24 que el Gobierno ha intentado hablar con el comité que convocó a las primeras protestas.

En la entrevista, Ramírez mencionó una petición que desde el partido oficialista le han hecho a Duque y es que ordene una acción militar contundente. El presidente dijo algo al respecto este domingo: “en función de facultades constitucionales que tengo como presidente de la República para acompañar y dirigir situaciones de orden público local deben garantizar el mayor despliegue que se tenga de capacidades de nuestra fuerza pública para brindar toda la tranquilidad de la ciudad de Cali”, aseguró en una alocución.

Horas después, el ministro de Defensa, Diego Molano, le dijo al canal local RCN que desde el 28 de abril -cuando comenzaron las protestas- aumentaron el pie de fuerza en Cali hasta alcanzar los 10.000 policías y los 2.100 soldados.

Desde el pasado 28 de abril varias ciudades de Colombia han protagonizado protestas, tras décadas de descontento social por la pobreza, la corrupción y la desigualdad, la segunda peor de América Latina. Bajo la Administración Duque, las inconformidades han crecido, recientemente contra la retirada reforma tributaria. Ahora se suma un rechazo generalizado al trámite de una reforma a la salud y contra el uso excesivo de la fuerza durante las manifestaciones, que ha sido corroborado por organismos internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional.

Entre las principales exigencias de la minga indígena se encuentra el cumplimiento de lo pactado en el acuerdo de paz de 2016, especialmente respecto a las garantías de seguridad para cesar los asesinatos de líderes sociales y desmovilizados de la antigua guerrilla de las FARC. También rechazan las políticas de militarización y mantienen su postura contra el fracking y las fumigaciones con glifosato, que el Gobierno busca reanudar.