Después de la debacle de los partidos tradicionales en las elecciones regionales y constituyentes de Chile, aun queda una batalla para los que flotan en busca de un rescate: la segunda vuelta en la elección de gobernadores, siendo la más importante la de la Región Metropolitana de Santiago.
Claudio Orrego, un representante de las clases conservadoras dentro del bloque de centro, debatió con Karina Oliva, la gran sorpresa de la elección. Durante la discusión, el candidato de la Democracia Cristiana cuestionó a la abanderada del Frente Amplio por no ser precisa en algunos de sus cuestionamientos.
Sin embargo, al momento en que le tocó argumentar su postura frente al posible indulto a los presos de la revuelta, de la cual es contrario, el ex intendente de Santiago mencionó que “un chofer terminó muerto a causa de una bomba molotov”, algo que ningún medio en Chile ha podido acreditar.
Durante la noche de este domingo, los candidatos a la gobernación por la Región Metropolitana, Karina Oliva (Frente Amplio) y Claudio Orrego (Unidad Constituyente), participaron en el primer debate para la segunda vuelta de dicho cargo –que se desarrollará el próximo 13 de junio– en el prime político de TVN, Estado Nacional.
Durante varios pasajes, se vivieron momentos de tensión en el debate, como cuando los candidatos tuvieron que tomar postura frente al tema del indulto a los presos de la revuelta social, proyecto que avanzó en el Senado, al menos, en su idea de legislar frente a esta problemática.
En medio de los distintos argumentos de ambos lados, llamó la atención uno usado por el abanderado democratacristiano. En sus palabras, si hay una persona privada de libertad “acusada de atentar contra la vida de otra persona, o de haber matado a otra persona, como de hecho hay un caso de un chofer que terminó muerto dentro del bus por una bomba molotov. Eso es un delito tan grave, que ni siquiera es desconocer de que la persona es libre de poder hacer las cosas que hace y también tiene que asumir las responsabilidades”
El caso citado por Orrego que usa en su locución para tomar distancia de la postura de su contrincante y demostrar lo erróneo en lo que estaría Oliva, llama particularmente la atención, tanto por su gravedad como por estar ligado al estallido social, cuyo número de muertos ha estado contabilizados por el Ministerio Público.
En marco de las manifestaciones ocurridas entre octubre de 2019 y marzo de 2020 (momento en que entra en vigencia la cuarentena), 34 personas han sido reportadas oficialmente como fallecidas producto de las protestas. De ellas, 14 corresponden a muertes ocurridas en lugares incendiados, pero ninguna dentro de un bus.
De hecho, tampoco en los medios de comunicación hay alguna noticia relacionada a un incidente de dichas características. Sí se repite el relato en buses incendiados tanto por encapuchados como personas a rostro descubierto, con bombas molotovs u otros acelerantes, pero en donde siempre se hizo descender a pasajeros y choferes.
Consultados por La Voz de los que Sobran, desde el comando de Claudio Orrego señalaron que el candidato hizo referencia al caso de Rolando Díaz, chofer de la línea 104 de TransAntofagasta que el 28 de noviembre de 2019 sufrió un violento ataque por desconocidos, reventando los vidrios de la máquina en la que trabajaba por el sector de La Chimba.
Tras sufrir la agresión, Díaz padeció un infarto cardiorrespiratorio. Producto de estas complicaciones cardíacas, el conductor debió ser internado en el Hospital Regional, recinto médico donde posteriormente se le diagnosticó muerte cerebral.
Pese a la gravedad del hecho, el caso no se condice con la declaración dada por Claudio Orrego en el debate, ya que esta persona no falleció en el bus ni menos producto de una molotov. Además, según consigna La Izquierda Diario, aún no hay responsables de los ataques sufridos al conductor, por lo que no se les puede vincular si están en marco del estallido social –esto debido a que su declaración se dio en marco de la discusión por el indulto a los presos de la revuelta–, pero peor aún, es que el caso esconde una situación de injusticia real: el dueño de la micro denunció a la justicia solo por daños de la máquina y la empresa no se ha hecho responsable de la muerte de su trabajador, dejando desprotegida a su familia.
La voz de los que sobran