El día 14-9-21 Jorge Rodríguez sorprendió con un anuncio. El presidente del parlamento venezolano avisó que la delegación del gobierno decidió que Alex Saab formará parte de su equipo. La opinión opositora venía de un algarabía por el anuncio de la justicia de Cabo Verde que dio luz verde a la extradición de Saab a los EUA. La alegría llegó al clímax cuando desde España se anunció que el otrora alabado “Pollo” Carvajal fue detenido. El viernes todo era éxtasis. El martes, luego de las palabras de Rodríguez, ese clima de regocijo se desinfló.
Allende al ánimo de la opinión en redes sociales, el análisis político debe responder al porqué el gobierno decidió que Saab será parte de su delegación. En redes sociales, la respuesta es que “Saab sabe mucho sobre los negocios de los enchufados”. Que sea llevado a los EUA significa abrir una caja de secretos del gobierno. Esto, por supuesto, debe ser así ¿Pero es suficiente para un análisis político? No es.
Una de las constantes del chavismo es que reacciona con fuerza, sin importarle el costo o el “qué dirán”, cuando se siente desafiado o amenazado. Posiblemente sepa que desde el punto de vista legal no tiene de dónde agarrarse para defender a Saab, apeló a la figura que el empresario acusado de corrupción es “diplomático”, pero su objetivo es salvar Saab porque sabe mucho “de los negocios” o porque el chavismo ya no permitirá hasta donde pueda, que se repita una situación parecida a la de los sobrinos de Cilia Flores enjuiciados y condenados en los EUA por cargos de traficar con drogas. Es su orgullo lo que está en juego. Posiblemente el gobierno respondió con esta audaz y cuestionable propuesta por una combinación de los dos motivos: Saab conoce en detalle la operación financiera del gobierno –que es fuente de corrupción y despilfarro- pero también defender su orgullo, “no nos van a joder otra vez”.
Hay que recordar que desde hace tiempo en redes sociales, el gobierno empuja una campaña de imagen a favor de Saab para construirlo como un “luchador contra el imperialismo”. Tampoco hay que olvidar que la relación de Saab con el chavismo viene desde Chávez en 2011. El empresario acusado por los EUA fue detenido en junio de 2020, y en diciembre de ese año, Maduro lo designó representante alterno ante la Unión Africana con el rango de Embajador. También, a Saab se le hizo una serie sobre su detención con sus temporadas que está en YouTube. Es decir, es un “peso pesado” en el chavismo aunque no sea un “político” como entendemos este término en Venezuela.
Mi hipótesis por qué es un “peso pesado” es porque Saab coadyuvó en la estabilidad política de Maduro durante la escasez de alimentos que se agudizó a partir de 2015. Hay que recordar que las empresas de Saab manejaron cerca de 1.500 millones de dólares para el Clap, según la investigación del portal Armandoinfo. Fue el “logístico” de este programa y en un sentido, salvó al gobierno. No es casual que en diferentes actos Maduro recuerde y pregunte “¿qué hubiera sido del gobierno sin el Clap?” programa que a su vez originó el sistema patria. El chavismo y Maduro tienen una deuda política con el ciudadano de Colombia. No solo son los “negocios” sino una relación política de lealtad, que para el chavismo es un atributo muy importante. Por eso no lo olvida e hizo una jugada muy arriesgada para ver si lo salvaba. “Tiró una parada”.
Mi hipótesis para explicar esta maniobra del gobierno es que vio una oportunidad para salvar a Saab al sentirse desafiado por la posibilidad que sea extraditado. Curiosamente, no apeló a la Cancillería sino busca convertir un caso legal contra Saab que tienen dos países –Cabo Verde y los EUA- en un motivo político para “legitimar” la figura del ciudadano detenido en Cabo Verde no como una persona acusada de corrupción, sino como un político que forma parte de la delegación del gobierno en México. Seguramente coordinó con Rusia, pero el comunicado de la Federación lo que hizo fue empastelar el clima de México. Notó su error, y se deslindó con el tuit de su embajador en Caracas, quien publicó el comunicado íntegro de la Federación para evitar malos entendidos. Al gobierno no le quedó otra sino jugar de manera abierta, y el día 14-9-21 lanzó el anuncio en boca de Jorge Rodríguez. También es curioso, pero Rusia no ha dicho nada sobre la decisión comunicada por Rodríguez. Al menos hasta el momento de escribir este artículo.
No hay que descartar la tesis que privilegia el mundo opositor que lo de Saab es un síntoma de la lucha interna dentro del chavismo. Aunque no fue por el caso Saab, Stalin González habló en una entrevista en El País con fecha 13-9-21, que en México se ve la lucha entre lo que llamó una corriente “que quiere acordar” dentro del gobierno y otra “que quiere imponer la dictadura”. A guisa de esta hipótesis, llevar el caso Saab a México es un coletazo de la lucha entre estos dos grupos. No creo mucho en esta explicación pero hay que tenerla presente.
Hay que considerar otro punto en el análisis. Que la crisis por la propuesta del gobierno sea un mensaje hacia los EUA. En una entrevista con Ernesto Villegas el día 5-9-21, Maduro expresó que la mesa en México también es importante porque es el canal para hablar con los EUA. Señaló que la plataforma unitaria es, realmente, la representante de los EUA. Al hacer el “Brinkmanship” con Saab, el gobierno puede enviar un mensaje a los EUA ¿Cuál puede ser? ¿No extraditen a Saab a cambio de qué? Es difícil que los EUA acepten un trato así cuando ya hay una extradición pendiente ¿Hacer ruido a los EUA con los casos Saab y Carvajal? Un tribunal en España detuvo la extradición de “forma cautelar” del militar, y ahora el gobierno planteó incorporar a Saab ¿Simplemente desafiar a los EUA? ¿Mala lectura del gobierno sobre los valores de la administración Biden y asumir que con un reto el gobierno de los EUA hablará con Maduro? U otra alternativa: un canje tipo Cuba con los “5 héroes” y Alan Gross ¿Saab por los “5 de Citgo” y los boinas verdes detenidos en mayo de 2020? Todo son especulaciones. No obstante, se recuerda que en septiembre de 2020, Jorge Rodríguez se reunió en México con un emisario del gobierno de Trump. Medios informaron que una de las propuestas del enviado de Maduro fue que los EUA desistieran de su caso con Saab a cambio de liberar a norteamericanos presos en Venezuela. Se añade, igualmente, que una política de la administración Trump fue lograr la libertad de los presos políticos norteamericanos detenidos en países, entre ellos Venezuela.
También en el gobierno hubo un desinfle. “Tirar la parada” no salió bien. Con su audaz planteamiento quizás calculó que la plataforma unitaria respondería con un “Brinkmanship” similar tipo “Nos paramos de la mesa” o un quid pro quo, “Saab por X”. Pero la plataforma respondió con habilidad política. El clima de opinión en el mundo oficial luego de la respuesta de la plataforma unitaria, se espichó.
Es una buena respuesta desde el punto de vista político porque en vez de engancharse o plantear una respuesta recíproca, el comunicado de la plataforma más bien le quitó importancia al anuncio de Rodríguez. Es decir, no “legitimó” la jugada del gobierno que buscaba darle “beligerancia” a Saab. En este sentido es una buena respuesta con tres elementos fundamentales en el mensaje: evitar las “negociaciones de micrófono”, el caso Saab es un tema jurídico no político, tiene causas en Cabo Verde y los EUA; y finalmente, el objetivo de la mesa es otro. Hábilmente, la oposición le bajó el volumen a la beligerancia que buscaba el gobierno sea para salvar a Saab o provocar a la oposición, pero ésta sorteó la maniobra.
Luce que la respuesta fue políticamente eficaz porque no hay una réplica del gobierno ni tampoco Rusia se ha pronunciado acerca del caso Saab. Lo que apareció fue un comunicado de la delegación del gobierno pero sobre el caso Monómeros el día 17-9-21. El mensaje del gobierno alertó sobre un “quiebre” en México por el modo cómo la oposición maneja el caso Monómeros. Seguramente hay un “control de daños” por la jugada con Alex Saab que la oposición sorteó con habilidad política. Pero el análisis no puede quedarse en eso. No se puede explicar el comportamiento del gobierno solo bajo la lógica de los “potes de humo” o los “caramelos de cianuro”, explicaciones que encantan en el mundo opositor, como la del “G2”.
Es evidente que el gobierno percibe que el manejo de Monómeros por la oposición es una amenaza real a sus intereses. Sea porque cree en el nacionalismo, porque siente que perderá una fuente de ingresos, porque la oposición apoya a un enemigo jurado de Maduro como es Duque y viceversa; y hasta es contradictorio porque gobiernos como los de Chávez y Maduro que permitieron la corrupción organizada y en gran escala, reacciona de esta forma, pero es lo que percibe. Es lo que políticamente cuenta.
Incluso la oposición tomó nota de la reacción del gobierno, con conciencia o no. Diputados de la extinta legislatura de 2015 emitieron una posición en la que criticaron de manera elegante la decisión de la Super de Colombia contra Monómeros. El texto expresó que, “Una simple lectura de la resolución mencionada es suficiente para advertir que la Superintendencia fundamentó sus decisiones en informaciones que se apartan de la realidad financiera, jurídica y administrativa de Monómeros, pero más allá de estos reparos, la decisión de la Superintendencia ha ocasionado el rompimiento inmediato de las relaciones comerciales entre la empresa y sus proveedores, lo que ha agudizado la estrechez de la caja de la compañía”.
Si el gobierno usará su molestia con un fin instrumental –que probablemente sea así- para tratar de influir en el curso de México y aprovechar lo que parecen ser manejos pocos transparentes “del interinato” en Monómeros -una debilidad del llamado “interinato” es la evidente corrupción o por lo menos incompetencia en el manejo de recursos de la nación- para su beneficio, entra en la iteración que tiene con la plataforma unitaria. El hecho es que lo que sucede en Monómeros lo asume como un ataque a sus intereses vitales. La oposición debe tomar en serio esta reacción.
Si el caso Saab no escala a mayores y queda en el tintero como otras demandas hechas por el gobierno –por ejemplo, que la mesa en México incluyera a los partidos de la Alianza Democrática o que los encuentros entre las partes sean televisados- daría apoyo a lo que creo es lo central de México: ninguna delegación quiere retirarse. Evitan “comer casquillo” para no tomar una decisión de la que luego se arrepentirán. En las “trompadas estatutarias” que se dan en público y seguramente en privado, construyen la confianza para que la negociación puede avanzar en los 7 temas del memorando de entendimiento firmado el día 13-8-21