La oposición cubana marchará este lunes para exigir la liberación de los presos políticos, pese a la firme prohibición del régimen cubano.
La marcha, conocida como 15N, ha sido fuertemente cuestionada en redes sociales y en los hogares cubano: para los disidentes, es una oportunidad para marchar en las calles de Cuba.
Esta nueva protesta ocurre cuatro meses después de las históricas manifestaciones del 11 de julio, que dejó un muerto y decenas de heridos. Además, 1270 personas fueron detenidas, de las cuales 658 siguen en prisión, según la ONG de defensa de derechos humanos Cubalex.
Para el régimen, el lunes se vuelve a la normalidad tras meses de cierre en la frontera del país y de las escuelas debido a la pandemia.
“Nuestra divisa es la paz”, dijo el dictador Miguel Díaz-Canel durante una comparecencia el viernes.
Y “en paz iniciaremos el día 15 otra etapa del curso escolar; en paz nuestra economía se recuperará”, aseguró el mandatario, cuando la isla vive su peor crisis económica en casi 30 años.
La oposición convocó a una gran manifestación pacífica en La Habana y otras seis provincias, para el “cambio” y la liberación de los presos políticos.
La instrucción para los participantes es vestir de blanco.
El Gobierno cubano, acusó a los organizadores de ser agentes entrenados y enviados por Estados Unidos. Por eso prohibieron la manifestación y los amenazaron con sanciones penales.
Una advertencia disuasoria es la sentencia de hasta 30 años a la que se enfrentan algunos manifestantes presos por el 11 de julio.
La marcha de hoy se diferencia de la de julio, ya que la anterior fue sorpresa.
En los últimos días, muchos disidentes del Gobierno cubano, han denunciado en redes sociales que fueron bloqueados en sus casas por agentes de la Seguridad del Estado.