La retirada de las tropas rusas de Kiev hace pensar que Rusia está en aprietos. Sin embargo, Putin ya ha logrado varios objetivos en Ucrania.
Cuarenta días después del comienzo de la invasión de Rusia en Ucrania, las fuerzas enviadas por el Kremlin han encontrado resistencia en todo el país, especialmente en la región de Kiev. Como consecuencia, el ejército ruso ha retrocedido en Kiev y Chernígov, tras no poder lograr rodear la capital.
Hay varias lecturas acerca del estado del conflicto en Ucrania. Desde el comienzo de la invasión, varias fuentes, entre ellas el Departamento de Estado norteamericano, han insistido en que el presidente ruso Vladimir Putin se precipitó al lanzar el ataque contra Ucrania.
El “fracaso” del plan de Rusia
Como apunta Bret Stephens en The New York Times, Putin “pensó que los ucranianos de habla rusa recibirían a sus tropas. No lo hicieron. Pensó que tumbaría rápidamente al gobierno de Volodimir Zelenski. Tampoco lo ha hecho. Pensó que dividiría a la Otan. La ha unido. Pensó que su economía podía resistir las sanciones. Pero la ha destrozado. Pensó que China lo ayudaría. Pero los chinos están reservando sus apuestas. Pensó que su ejército modernizado acabaría con las fuerzas ucranianas. Los ucranianos lo están destrozando, al menos en algunos frentes“.
Los diferentes frentes apuntan a que los problemas dentro de la estrategia de Rusia llevarán en algún momento a un fracaso de sus objetivos en Ucrania. Al Kremlin le quedan herramientas de presión, como el mercado del gas, pero a largo plazo sostener la presión en Ucrania podría tener graves consecuencias, sobre todo mientras los rivales de Rusia en Occidente reservan las fuerzas de la Otan para una posible escalada del conflicto fuera del territorio ucraniano.

Incluso, las fuentes oficiales estadounidenses señalan que los asesores de Putin podrían estarle ocultando información acerca del curso de la guerra en Ucrania. Kate Bedingfield, directora de comunicaciones de la Casa Blanca, señaló que el gobierno estadounidense tiene “información de que a Putin lo ha engañado el ejército ruso (…) Creemos que le ocultan información sobre la incompetencia de sus tropas y sobre cómo afectan las sanciones a la economía de su país. Sospechamos que sus colaboradores más cercanos tienen miedo a decirle la verdad”.
En todo caso, la guerra de información que ha caracterizado al conflicto ucraniano hace que las afirmaciones de la Casa Blanca puedan ser tomadas como un instrumento de guerra para desestabilizar al gobierno ruso.
¿Y si Putin no está perdiendo?
No cabe duda del alto riesgo que tomó Putin al invadir Ucrania, en donde la retirada de sus tropas de Kiev y el norte del país da cuenta de las atrocidades que dejó a su paso el ataque a poblaciones civiles. Pero aunque la invasión rusa esté enfrentando la fuerte resistencia ucraniana y la financiación de Estados Unidos y sus aliados, algunos creen que el Kremlin ya habría logrado algunos objetivos clave con su campaña en Ucrania.

Además, como advierte Carlotta Gall en el Times, en la primera guerra chechena, Rusia también sufrió una primera resistencia sorpresiva por parte de las fuerzas locales para luego, en la segunda guerra chechena, conquistar el territorio.
Bret Stephens plantea el escenario en el que “desde el principio” los objetivos reales de Rusia “fueron las riquezas energéticas del este de Ucrania, en donde se encuentra la segunda reserva más grande conocida de gas natural de Europa (después de la de Noruega)“.
A esto se suman las disputas motivadas anteriormente por Putin en Crimea, Lugansk y Donetsk, lo que le ha dado control a Rusia de la mayoría de la línea costera sobre el mar Negro, por lo que, para Stephens, Putin estaría “menos interesado en reunir al mundo rusoparlante que de asegurar el dominio energético ruso“.
Los ataques a civiles también soportarían el plan ruso de un conflicto de impacto rápido, ya que empujan a los diplomáticos de Occidente y al propio presidente ucraniano a lograr acuerdos cuanto antes para evitar más calamidades, e incluso la amenaza del uso de armas nucleares por parte de Rusia.
El Kremlin también ha logrado que muchos de sus opositores opten por el exilio voluntario tras la invasión y la escalada del belicismo ruso.