Durante los años que pasó en la guerrilla adoptó el seudónimo de Aureliano como guiño al personaje de la obra Cien Años de Soledad de su compatriota Gabriel García Márquez. Aquello sucedió hace mucho tiempo. Ahora, Gustavo Petro se presenta por tercera vez a la presidencia de Colombia en las elecciones que se celebran este domingo y, por primera vez, las encuestas le dan como ganador. Aunque lo más seguro es que su destino se decida en una segunda vuelta. Hasta ahora, ningún aspirante de izquierda ha triunfado en los comicios presidenciales del país latinoamericano.
A sus 62 años, este economista, senador y exalcalde de Bogotá es el candidato de la coalición de izquierda “Pacto Histórico”. Tímido y gran orador -según medios locales-, pretende plantar cara a la derecha que ha permanecido tradicionalmente en el Gobierno.
Hace unos meses publicó su autobiografía: Una vida, muchas vidas. Nació en un pueblo llamado Ciénaga de Oro, en el municipio colombiano de Córdoba. Se crió en Zipaquirá, a 50 kilómetros de Bogotá. Allí asistió al mismo colegio La Salle en el que había estudiado su admirado García Márquez. En su adolescencia se fueron forjando sus ideas marxistas y con solo 18 años (en 1978), decidió unirse al M-19, una guerrilla urbana en la que se ocupó especialmente de labores de enlace, no tanto de lucha armada.
Petro permaneció 12 años en ella. Fue capturado por el Ejército en 1985 por llevar armas de forma ilegal, según El Tiempo. Se le apresó en Bolívar 83, el barrio popular de Zipaquirá que ayudó a fundar. Pasó entre 18 meses y dos años en la cárcel (el dato varía según las fuentes).
Él ha contado que fue torturado. “Yo no sentí el dolor de la tortura hasta cuando llegué a la cárcel. Durante los oscuros días de las palizas, jamás me sentí doblegado físicamente, aunque psicológicamente fue difícil”, escribió sobre aquella experiencia. En prisión estaba cuando el M19 protagonizó la violenta toma del Palacio de Justicia.
Trayectoria política y sus denuncias de los vínculos entre política y paramilitares
La guerrilla del M19 acabó desmovilizándose en 1990 y transformándose en la Alianza Democrática M-19. Bajo esas siglas, Petro fue elegido diputado de la Cámara de Representantes en los Comicios de 1991. En 1994 tuvo que exiliarse por motivos de seguridad dos años a Bélgica, donde fue nombrado agregado diplomático para los Derechos Humanos en la embajada de Colombia en el país europeo. En 2006 accedió al Senado. Fue alcalde de Bogotá entre 2012 y 2015. Durante su trayectoria, ha denunciado los vínculos entre políticos y paramilitares y ha señalado al expresidente Álvaro Uribe.
Petro, padre de seis hijos, ya se presentó a los comicios presidenciales en 2010 y en 2018. El pasado marzo, obtuvo la victoria en las primarias de la coalición de izquierda el Pacto Histórico (que aglutina un amplio paraguas) con el 80% de los votos.
Durante la campaña, que se ha desarrollado entre fuertes medidas de seguridad, ha lanzado un mensaje centrado en la denuncia de la desigualdad y la pobreza, los problemas medioambientales y la violencia. En su discurso se ha distanciado de los gobiernos de Venezuela y Nicaragua y se ha mostrado más identificado con el “progresismo” de Gabriel Boric en Chile o del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil. Ha afirmado, eso sí, que retomará las relaciones con Venezuela, rotas desde hace tiempo.
Si en la primera ronda que se celebra este domingo 29 de marzo ningún candidato obtiene al menos el 50% de los votos, habrá una segunda. Los sondeos dan al candidato de la izquierda un 40% de papeletas en primera vuelta y la victoria en la segunda. Tras haberse postulado otras dos veces a la presidencia, él espera que a la tercera sea la vencida