Este domingo, se divulgaron documentos explicando cómo el gigante estadounidense Uber logró crecer e imponerse en el mundo con métodos al límite de lo legal. La investigación sostiene que la empresa trabajó de la mano con altos representantes políticos de varios países para lograr sus fines. Y entre ellos estaría el presidente francés, Emmanuel Macron, quien habría usado su papel de ministro de Economía bajo el Gobierno de François Hollande para ayudar secretamente a Uber.

Los documentos divulgados en la tarde de este domingo muestran cómo la compañía estadounidense “conquistó el planeta surfeando en ocasiones en las fronteras e la legalidad”.

La empresa evadía la ley y utilizó técnicas de lobby para implementarse en varios países de manera acelerada entre 2013 y 2017, cuando era dirigida por Travis Kalanick. Entre otras cosas, ofreció regalos a políticos y trabajó con un banco ruso sometido a sanciones.

Un total de 124.000 documentos internos de Uber de estos cinco años fueron filtrados al diario británico ‘The Guardian’ que los compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), del que hace parte el periódico francés ‘Le Monde’.

Révélations sur les méthodes brutales du groupe américain Uber pour s'imposer partout dans le monde

Estas revelaciones colocan a varios políticos en situaciones delicadas, entre ellos, el mandatario francés, Emmanuel Macron, quien, según la publicación, habría favorecido la implantación de Uber en su país cuando fue ministro de Economía bajo el mandato de François Hollande (2012-2017).

Macron habría ayudado personalmente a la compañía a imponerse en el mercado francés ante la “hostilidad” del Gobierno socialista del presidente François Hollande. Según desvela ‘Le Monde’, el entonces ministro de Economía tuvo varios encuentros no oficiales con los representantes de la compañía en París.

Encuentros secretos entre Emmanuel Macron y Travis Kalanick

En el Gobierno de François Hollande, la mayoría desaprobaba la implantación de Uber en Francia, acusando a la empresa de destruir compañías en el país y de ofrecer empleos precarios.

Francia aprobó la ley Thévénoud en 2014, con el objetivo de apaciguar el descontento de los taxistas contra la actuación de las plataformas de transportes privados que acusaban de competencia desleal y prácticas ilegales. La ley imponía algunas restricciones a los conductores de Vehículos de Transporte con Conductor (VTC), usando aplicaciones como Uber.

El mismo día que entró en vigor la ley, el primero de octubre de 2014, Emmanuel Macron recibió, en una visita secreta, a varios representantes de la empresa en su ministerio en París, incluyendo a su director, Travis Kalanick.

Travis Kalanick, cofundador y consejero delegado de Uber, en Long Island City, el 10 de diciembre de 2013

“En una palabra: espectacular. Inaudito”, escribió Mark MacGann, el lobista jefe de la zona Europa, en un breve informe enviado a sus colegas tras la reunión, añadiendo, “mucho trabajo por hacer, pero pronto bailaremos ;)” “Reunión mega top con Emmanuel Macron esta mañana. Después de todo, Francia nos quiere”, escribió, como informa ‘Le Monde’.

Según el periódico francés, este fue el primero de 17 intercambios significativos (reuniones, llamadas etc.) que tuvieron lugar entre Emmanuel Macron o sus asesores cercanos y los equipos de Uber Francia en los 18 primeros meses de su mandato como ministro de Economía.

Emmanuel Macron, “más que un apoyo, casi un socio” para Uber 

En aquella época, Macron no ocultaba su simpatía por Uber, ya que consideraba que podría crear muchos empleos para personas poco cualificadas.

“Los ejecutivos de Uber Francia ven rápidamente cómo pueden, en una forma de simbiosis, establecer una relación “win-win” con Emmanuel Macron, proporcionando al ministro oportunidades para presentarse como el campeón de la innovación, al tiempo que se asegura una repercusión mediática y política positiva para la empresa”, escribe ‘Le Monde’.

Un ejemplo concreto tuvo lugar en octubre de 2015, cuando el prefecto de policía de Marsella emitió un decreto que prohibía la actividad de Uber en la ciudad.

“Señor ministro, estamos horrorizados por la orden de la prefectura de Marsella”, escribió inmediatamente Mark MacGann a Emmanuel Macron. “¿Podría pedirle a su gabinete que nos ayude a entender lo que está pasando?”, preguntó. Macron entonces escribió a Uber diciendo que se iba a ocupar “personalmente” del asunto.

Tres días después, la prefectura de policía “precisó” su medida: “Ya no habría prohibición, sino que se anunciaban más controles sobre los conductores”, relata el periódico francés.

Tanto el entonces prefecto de policía, Laurent Nuñez, que es actualmente un asesor cercano de Macron, como Uber, defienden que el ministro nunca presionó a la prefectura de policía, sino que esta reconoció que su decisión inicial era ilegal.

Hacia la legalización de Uber en Francia 

A principios de 2016, el Gobierno redujo la duración de la formación necesaria para obtener una licencia de conductor de VTC de 250 a 7 horas.

Los documentos de Uber muestran otros numerosos intercambios dentro del complicado proceso que hubo entonces en Francia y que culminó con la autorización para la plena implantación de la empresa.

Un manifestante usa una camiseta que muestra el logotipo del servicio de transporte Uber para teléfonos inteligentes durante una protesta de conductores privados sin licencia que bloquean la Place de la Nation en París, el 9 de febrero de 2016.

“Cuál fue la motivación de Emmanuel Macron para involucrarse, con tanta energía, con una multinacional estadounidense de reputación sulfurosa?”, es la cuestión que levanta ‘Le Monde’

Entre las respuestas, una convergencia de opiniones políticas a favor de una rápida desregulación. Y probablemente también una cierta fascinación por Travis Kalanick.

“Emmanuel Macron está muy interesado en la historia de Travis, que es un reflejo de la suya: menos de 40 años y una historia de éxito impresionante”, había dicho una empleada de Uber antes de una reunión con el entonces ministro.

En 2017, el polémico fundador de Uber abandonó el consejo de administración de la compañía tras una serie de escándalos de acoso y conflictos con sus accionistas. El iraní Dara Khosrowshahi le reemplazó, manteniendo buenas relaciones con Emmanuel Macron.