En las últimas horas se volvieron virales en las redes sociales colombianas las imágenes de una caravana de camperos con hombres armados merodeando fincas en Magdalena con el pretexto de cuidarlas de una posible invasión indígena.
Al parecer, se trataría de varios ganaderos dueños de los terrenos, quienes habrían tomado la decisión de crear un ejército privado para custodiar sus propiedades.
A falta de Gobierno, Ganaderos se organizan para enfrentar a invasores de Tierras en el Magdalena! pic.twitter.com/ksP5EwnQVY
— CAALGO (@Caalgo) September 18, 2022
En uno de los predios, ubicado en la vereda Los Chivos, en Plato, llamó la atención que los particulares habían alcanzado a trazar líneas con aerosol.
“Estarían ofreciendo entre 60.000 y 70.000 pesos para que las personas obtuvieran una hectárea de tierra y brindaban pedazos hasta por 10.000 pesos”, afirmó un patrullero en declaraciones a Cambio.
La situación prendió las alarmas de las autoridades, por temor a que los propietarios tengan el plan de armar un ejército permanente, y llevaron a cabo un consejo de seguridad extraordinario en la Gobernación del Magdalena, con la participación de mandatarios locales, la Policía y el Ejército.
El tema de las invasiones a las tierras se ha vuelto generalizado en el país. Por un lado, personas que exigen derechos sobre los terrenos; por el otro, los dueños de los terrenos, que ven con preocupación el aumento de las vías de hecho para tomarse las propiedades privadas.
Es preocupante la intención de pasar por encima de las instituciones con el pretexto de defender a la sociedad porque estos ejércitos espontáneos fueron la base de las Convivir, impulsadas por Álvaro Uribe, base del paramilitarismo.
Esto, claro, es un efecto de las condiciones rurales colombianas. Hay 50.000 familias que controlan el 20 por ciento de todo el territorio productivo; 1’000.000 de familias con poca tierra, 1’500.000 sin tierra y otro 1’500.000 de familias que han sido despojadas de la tierra por la violencia.
La preocupación para los expertos es que se esté cocinando un nuevo conflicto, pues se trata de dos actitudes que suceden por fuera del marco legal: la toma de tierra a la fuerza por particulares y la defensa de la tierra a la fuerza por particulares.
Si se mantiene el interés de armar a un sector de la sociedad para defender los intereses de terceros, por importantes que estos sean, eso puede ocasionar muchos muertos.
Si esto se deja crecer se puede convertir en una situación crítica, porque muy seguramente ya existen algunos sectores armados, pero no existe justificación alguna y sería el germen de la creación de unos nuevos esquemas de la muerte.