Naomi Campbell era embajadora de la niñez para la Fundación Nelson Mandela y fue a Venezuela a entrevistar a Chávez para la revista GQ. En el fondo sólo buscaba que este donará dinero para unas causas sociales, pero el encanto venezolano le deparaba otra cosa.

El primer encuentro ocurrió en el Palacio de Miraflores. Naomi estaba súper nerviosa cuando entró y Hugo la tranquilizó cantándole. Ella quedó fascinada y dijo que si no fuese líder político, sería un cantante latino muy exitoso.
Chávez, siendo aliade antes de los aliades, le mostró una carta que le estaba escribiendo a CFK para felicitarla por su presidencia y le contó que admiraba a las mujeres y quería que una lo sucediera.
La entrevista, a la que ella llegó en un Fendi blanco y el pelazo suelto, fue sobre geopolítica y un par de bromitas. Hablaron del petróleo, del papel de EEUU en las relaciones internacionales, de África, de la Guerra de Irak y de Cuba.

Campbell es brillante, por cierto, hablando de Condoleezza Rice le planteó el dilema de la interseccionalidad y Chávez le explicó que no valía que fuese mujer y negra si estaba invadiendo Irak.

Y también él se confesó #TeamLadyDi.

La velada fue encantadora. Tanto, que Naomi decidió quedarse más días en Caracas pese a que su itinerario la obligaba a irse al día siguiente. Estuvieron en la playa y él se portó muy bien a su lado.

Naomi contó que bromeó con algo relacionado con el físico de Vladimir Putin y Chávez no se dejó achacar diciéndole que tocara sus músculos… formados a punta de reina pepiada, supongo.

Después de eso fueron juntos a un acto público de conmemoración del Instituto Nacional de la Mujer, celebrado en el teatro Teresa Carreño de Caracas. Ella se sentó en primera fila y siguió el discurso entre risas.

Visitó las instalaciones de un hospital cardiológico infantil para ver por sí misma lo que sus amigos le habían contado sobre la revolución.

Luego pasaron Halloween visitando la comuna Villa del Sol en Caracas, donde ella señaló estar impresionada por la forma en que la gente le expresaba su cariño al presidente y que eso era algo que no podía fingirse.
Él, todo un romántico, contó que Naomi le había hecho «preguntas traviesas» y cuando le pidieron detalles dijo que eran sobre la caída del Imperio, JJAJ.
