El presidente colombiano Gustavo Petro removió a tres fichas de su tren ministerial: Alejandro Gaviria (Salud), Patricia Ariza (Cultura) y María Isabel Urrutia (Deportes) salen del Gobierno en la primera crisis de gabinete y en medio de un profundo debate sobre la reforma al sistema de salud planteada por el mandatario.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció este lunes 27 de febrero el primer remezón a su gabinete desde que asumió la Presidencia el pasado 7 de agosto de 2022.

Petro, en cadena nacional, informó el sorpresivo término de funciones del ministro de Educación, Alejandro Gaviria, la ministra de Deportes, María Isabel Urrutia, y la ministra de Cultura, Patricia Ariza.

“Agradezco los servicios prestados por los ministros Alejandro Gaviria, María Isabel Urrutia y Patricia Ariza. Con sus aportes han contribuido a enriquecer el debate y a iniciar los cambios por los que votó el país”, expresó el mandatario en una breve alocución que tomó por sorpresa al mundo político local, enfrascado desde hace semanas en el debate de la reforma a la salud que pretende ejecutar la Administración Petro.

“Estamos en un momento decisivo para nuestras reformas y necesitamos más cohesión y determinación. Hago un llamado al acuerdo nacional, a que todas las fuerzas políticas incluso de la oposición, los gremios, las asociaciones comunales, las organizaciones sociales y a cada uno de los colombianos y colombianas ayuden a construir este país con el debate y las propuestas”, dijo el jefe de Estado, que hizo mención a las reformas a la salud, la laboral y la pensional; la primera en trámite y las restantes en proceso, pero sin ver la luz pública.

Las carteras vacantes ya tienen los nombres que sustituirán a los funcionarios salientes. Astrid Rodríguez será la nueva ministra de Deportes, mientras que Aurora Vergara asumirá las riendas de Educación. No se conoce aún quién dirigirá la política cultural del país.

La estrepitosa salida de Gaviria, la cara visible de las críticas intestinas a la reforma a la salud

Petro intenta transformar el sistema de salud para llevar la atención a los “territorios abandonados” y fortalecer el sistema primario de salud. La salud en la nación suramericana está privatizada en buena parte y no cuenta con la infraestructura necesaria para llevar a cabo una atención básica y de calidad en muchas partes del territorio.

Para el jefe de Gobierno, se busca que “cualquier enfermo sea atendido y que se prevenga la enfermedad, que cualquier persona de edad tenga un bono pensional, que cualquier trabajadora tenga estabilidad laboral”.

El cómo y con qué recursos es uno de los puntos que ha enfrentado a Petro con algunos de sus ministros, entre ellos el saliente Alejandro Gaviria, pero también con el ministro José Antonio Ocampo, de Hacienda, y Cecilia López, de Agricultura.

Las críticas también han llovido desde la oposición y algunos partidos que hacen parte de la coalición de Gobierno. Varios denuncian que se quiere “destruir” un sistema que si bien puede mejorar, funciona y es ejemplo en la región.

Pero en particular, el ahora exministro Gaviria se convirtió en uno de los críticos intestinos más prominentes de la propuesta de reforma al sistema de salud que planteó el jefe de Estado, una que pertenece al ramillete de cambios que la Administración intenta adelantar en varias áreas.

Gaviria llevó la bandera de los reparos a la reforma y cada declaración suya ponía en aprietos al Ejecutivo. Su hoja de vida lo respalda: fue ministro de Salud del expresidente Juan Manuel Santos durante seis años y conoce a fondo un sistema que si bien es criticado a viva voz, también es defendido.

Gustavo Petro dijo este lunes en alocución nacional que “este Gobierno del cambio no va a renunciar a reformar para mejorar la salud, las pensiones y las condiciones laborales justas para todos los colombianos y colombianas”, a modo de respuesta a los críticos dentro y fuera de su Administración.

La carta que rebosó el vaso 

La polarización intestina por la reforma a la salud escaló de tal modo que el pasado 26 de febrero una carta en la que se enumeraban varios reparos al proyecto, y dirigida a la responsable del Ministerio de Salud, Carolina Corcho, se filtró a los medios de comunicación.

En el texto, algunos ministros alertaban que “de realizarse la totalidad de gastos propuestos por la reforma, el costo fiscal de la iniciativa sería, para el primer año, de alrededor de $16,91 billones adicionales y, para el segundo, de $21,8 billones adicionales. Entre 2025 y 2028 los gastos se incrementarían, en promedio, en $2 billones al año”.

Un día después, el presidente Petro confirmó la veracidad de la misiva filtrada y dijo que “la discusión arrojó cambios del proyecto y cuadros diferentes de impacto fiscal”.

Unas horas después, el mismo presidente confirmó la salida de tres ministros, entre ellos Gaviria, la cara más visible dentro del Gobierno de las críticas a la reforma a la salud.

La forma en la que el presidente comunicó el movimiento ministerial también hace eco en la prensa local.

¿Enteradas por la televisión?

La campeona Olímpica en levantamiento de pesas y hoy exministra del Deporte, María Isabel Urrutia, informó a ‘Caracol Radio’ que en ningún momento previo se le informó su salida del cargo. A pesar de esta situación, Urrutia dijo que seguirá apoyando al Gobierno y sus políticas.

En un modus operandi similar, la exjefa de Cultura dijo que tampoco tenía conocimiento del fin de su paso por la cartera. El medio radial resaltó que a Ariza le habría gustado que el jefe de Estado le informara previamente sobre el cambio.

“No quiero ser una vocera en contra del Gobierno del cambio, lo respeto, pero no comparto la decisión del gabinete”, expresó en entrevista a la radiodifusora.

En una comunicación al mismo medio, la secretaria privada del presidente Petro, Laura Sarabia, afirmó que ambas funcionarias fueron notificadas y que salían del gabinete por temas de “gestión”, sin ampliar las razones del remezón ministerial y el cual levanta ampolla por la forma en la que el Gobierno encara el disenso de sus sonadas reformas.